Por Eduardo Valente, socio líder de Minería y Energía de EY 

La disrupción está transformando rápidamente la percepción del sector de la minería sobre dónde pueden estar los mayores desafíos y las rutas del crecimiento, según el estudio anual de EY “10 riesgos y oportunidades de la minería”. La crisis climática y las crecientes expectativas de los gobiernos, la sociedad y los accionistas son fuerzas de cambio cada vez más importantes. El medio ambiente y los temas sociales ocuparon el primer lugar en nuestro ranking por primera vez, seguido por la descarbonización y la licencia para operar (LTO, por sus siglas en inglés), que había sido el principal riesgo durante los últimos tres años. Los dos nuevos participantes en la clasificación, la demanda incierta y los nuevos modelos comerciales, destacan la volatilidad en curso en un mercado aún afectado por la pandemia de COVID-19.  

Pero, incluso cuando hay mucha incertidumbre en relación al futuro en el corto plazo, vemos más oportunidades que riesgos para las empresas mineras dispuestas a realizar cambios transformadores que pueden generar valor a largo plazo para las organizaciones y las comunidades a las que sirven.  

Medio ambiente y temas sociales 

Si bien muchas conversaciones en el mercado se centran actualmente en la transición energética y el camino hacia la descarbonización, el 25% de los encuestados vio los problemas ambientales y sociales como el riesgo número uno. Aunque esto fue inicialmente sorprendente, creemos que es indicativo de que las empresas mineras y los stakeholders están ampliando sus perspectivas. La minería debe poder demostrar su contribución a un futuro sostenible si quiere acceder al grupo de capital en rápido crecimiento disponible para los actores que realmente buscan ser un ejemplo en las materias ambientales, sociales y de gobierno corporativo. 

Descarbonización 

La descarbonización se ha convertido en un importante disruptor en el sector, dominando muchas discusiones y presentando tanto un riesgo como una oportunidad. Los encuestados han elevado ese riesgo al segundo lugar para 2022, en comparación con el cuarto lugar del año pasado.  

La descarbonización debe integrarse en la estrategia general de una empresa, en lugar de abordarse como una ruta separada o distinta, delegada a un equipo discreto. Casi todas las empresas de minería se han fijado las metas de descarbonización, pero, sin saber cómo alcanzarlas, se están comprometiendo con objetivos potencialmente poco realistas. Las compañías que comparten su hoja de ruta hacia el cero neto y sus éxitos a lo largo del camino pueden ganar la confianza de los inversionistas y, potencialmente, lograr una ventaja competitiva. 

Licencia para operar (LTO) 

LTO perdió el primer lugar que ha tenido durante los últimos tres años, pero todavía se considera como uno de los tres principales riesgos. Las mineras que puedan demostrar su valor social fortalecerán las relaciones con los stakeholders y serán recompensadas en el mercado con menores costos de capital, una mejor participación del capital humano y, a largo plazo, un mejor valor de mercado.  

La disrupción del sector ha creado una gran cantidad de oportunidades para aquellos que pueden capitalizarlas. Las empresas que demuestren que operan en el mejor interés de un amplio grupo de stakeholders pueden obtener una ventaja competitiva en la lucha por el capital y los nuevos recursos. Actuar ahora permitirá un futuro sostenible para el sector. Frente a una demanda futura generalmente positiva, como resultado tanto del estímulo gubernamental como de la transición energética, es fundamental que las empresas mineras y metalúrgicas tengan la capacidad de competir de manera efectiva, particularmente con los nuevos participantes del sector, ya que los actores intermedios invierten para asegurar el suministro. Esto significa considerar nuevos modelos de negocios, tener un fuerte enfoque en la planificación de escenarios y luego optimizar las carteras que permitan la flexibilidad frente a los cambios crecientes. 

Las oportunidades seguirán superando los riesgos en 2022, ya que la disrupción social en curso se convirtió en el claro impulsor del cambio en nuestra industria. Si bien se temía que la pandemia de COVID-19 pudiera ralentizar el progreso mundial en las medidas de sostenibilidad, ha sucedido lo contrario. A partir de los resultados de nuestra encuesta, queda claro que el propósito, el valor a largo plazo y la sostenibilidad en la industria ya no son complementos de los negocios como de costumbre: son parte del día a día de los negocios.  

Las influencias externas seguirán generando riesgos y oportunidades a medida que los stakeholders y la presión del mercado de capitales continúen responsabilizando a las empresas mineras. No es de extrañar entonces que los tres principales riesgos y oportunidades de este año para el sector de la minería y metales sean todos relacionados a la sostenibilidad del negocio minero en el largo plazo.